Para mantener el hilo en la serie, comienzo repitiendo las cuestiones que planteé de entrada como conflictivas respecto a la Privacidad.
Pero ya en este tercer punto tengo que cambiar el guión previsto porque he encontrado, en este proceso público de aprendizaje, asuntos que no valoré correctamente en el momento de iniciarlo. Así que he añadido una cuestión:
Nota a Capítulos previos: a) ProtonMail cuesta 5€ al mes, pero si haces la subscripción anual tienes un 20% de descuento, de forma que pagando 48€ al año son 4€ al mes. Entre cuentas de ProtonMail puedes activar el cifrado punto a punto. También puedes cifrar el contenido de mensaje a otros Servidores, asunto que todavía tengo que investigar.
b) el navegador Brave, pese a estar desarrollado por fundadores de Firefox, tiene mucho en común funcionalmente con Chrome. Por ello permite integrar algunos add-ons, pero no se garantiza que lo hagan todos.
Capítulo Tercero – DNS
Digamos que como mínimo no tengo ningún deseo de que Movistar , Google ni nadie sepan lo que he hecho o dejado de hacer en mi vida digital. Y ni hago ni quiero hacer nada ilegal, oculto o pernicioso. Esto vá de derechos indiduales frente a las Corporaciones.
DNS (Domain Name System, es decir, Sistema de Nombres de Dominio) es la forma que tienen nuestros sistemas de encontrarse unos y otros en Internet. Como no hay cabeza para memorizar las direcciones reales IP de los distintos sitios (ej.: 79.107.56.119 – [es inventada, no prueben a donde conduce]), los navegadores, programas de correo, etc, recurren a un Servidor externo centralizado para que les envíe al sitio correcto. Las DNS son las direcciones IP de esos Servidores.
Si has tenido que instalar a mano un dispositivo conectado a Internet (una consola, un BR player, etc) porque quieres pasar de la dirección automática DHCP o no te ha quedado más remedio, habrás visto que uno de los campos a rellenar son las DNS primarias y secundarias. Si no has tenido que hacerlo, no sabrás ni qué son. En tu conexión de móvil busca la información de la red wifi, y en la parte de abajo verás si tienes DNS automáticas (las que te pone el operador de Telefonía) o manuales.
Hasta ahora usaba las automáticas de Movistar (80.58.61.250), que me se de memoria. En mi casa tengo 36 aparatos conectados a Internet con IP fija, amén de los móviles que si que tienen IP variable asignada por el Router. Como alternativa en algunos momentos he tenido siempre las DNS de Google (8.8.8.8 / 8.8.4.4). El criterio era que si fallaban las de Google, o la red no estaba bien o la III guerra mundial era inminente.
Pero cuando empiezas a husmear sobre privacidad, de repente te salta la duda… O sea, ¿todo lo que haces en Internet se hace preguntando a un sitio que simplemente guardando tus preguntas sabe lo que has hecho? Escalofríos.
Todos los servidores DNS juran y perjuran que el respeto es exquisito. Pero uno tiene derecho a no fiarse. Por los precedentes.
¿Qué ventajas tendría cambiar las DNS?
a. Es posible, sólo posible, que aumente marginalmente el tiempo de carga de las páginas de navegación si el DNS está a menos «distancia en nodos» o está menos solicitado
b. Si es un Servidor privado garantiza (esperamos) la privacidad de la navegación (por lo menos del inicio de la navegación)
c. Puedes acceder a ciertos lugares bloqueados… The Pirate Bay sin ir más lejos o colocar control parental.
Hay muchos artículos señalando distintas opciones de DNS. Actualizados a 2019, enlazo una página de esgeeks y otra de redeszone
Después de varias pruebas e investigaciones, he optado por los siguientes servidores de DNS:
Cada una de ellas tiene un número fácil de recordar. Ya las he instalado en iPhone e iPad (con VPN incorporada, que no retrasa la navegación apenas) y en el PC. Me quedan otros 33 aparatos que modificar.
Tercer Consejo: modifiquen las DNS. Primarias: CloudFlare 1.1.1.1 Secundarias: Quad9: 9.9.9.9