En la Unión Europea se está impulsando la investigación e implementación de Inteligencia Artificial y, cómo no, el área de Salud es uno de los sectores estrella.
En este artículo de Diario Médico , Alfonso Valencia, director del departamento de Ciencias de la Vida en el Centro de Supercomputación de Barcelona, señala que existen más de 20 procedimiento consolidados, aprobados y operativos.
Señala que “todavía” (las comillas son nuestras) la misión del médico es insustituible, y se consuela terminando con que el tiempo dedicado al diagnóstico de situaciones difíciles puede ser empleado en otra cosa.
Llevo tiempo cavilando que los profesionales médicos nos enfrentaremos en un futuro próximo a un fundamental dilema respecto a la Inteligencia Artificial: ¿Seremos sus acólitos, sus intérpretes o sus verificadores?
Si en el momento actual un paciente acude, generalmente con elevada ansiedad, después de consultar en Internet sus síntomas o diagnóstico, debemos prepararnos cuando el paciente nos venga con una “sentencia” de una Inteligencia Artificial comercial con su análisis en que enumeran los posibles diagnósticos con una tabla de probabilidad.
Actualmente sucede ya este fenómeno con los análisis genéticos solicitados por correo. El paciente no tiene elementos para valorar el significado de riesgo de padecer una enfermedad genética, no digamos el de enfermedades multifactoriales o poligénicas.
En mi opinión debemos prepararnos para un crecimiento exponencial de este tipo de situaciones.
El papel del profesional médico siempre va a ser la cúspide de responsabilidad decisoria y ética en una pirámide de asistencia sanitaria, con otras profesiones igualmente necesarias pero que se asientan sobre los aspectos prácticos de la “compasión”, término éste que engloba el compromiso con la curación de las personas. Pero ¿si la cúspide va a estar compartida estaremos preparados?
Se podría señalar que la mejora en las comunicaciones internas de un Hospital no ha permitido incrementar las horas de formación o la profundidad de los análisis. Ha llevado a un incremento de la productividad bruta. Que le pregunten a los radiólogos cuántos estudios, cada vez más complejos, tienen que verificar cada día. Con la asistencia de una IA, ¿a qué dedicarán su tiempo?
Vamos a hacer una proyección: los pacientes desde su casa o móvil rellenarán un cuestionario asistido por IA, que le hará preguntas y decidirá si el paciente debe ser atendido en su casa (inicialmente supongo que con asistencia telefónica humana al menos), debe ser citado en unos días o debe acudir urgentemente a un centro asistencial.
Pero cuando tal paciente llegue al centro, ¿el facultativo rehará la anamnesis o sólo aclarará aspectos?¿los diagnósticos presuntivos de la IA los desechará o creerá ciegamente?