Dr. Armando Molina mayo 2019
Aunque la frase original de las películas de James Bond basadas en las novelas de Ian Fleming era «Shaken, not Stirred«, cuya traducción real es «Agitado, no mezclado» y que en castellano se tradujo justo lo contrario como «Removido, no agitado«, resulta que el verdadero enemigo que ha acabado con James Bond no ha sido el Dr. No sino la mezcla del móvil y las redes sociales.
En un revelador e interesante artículo publicado en Foreign Policy, publicación bimestral actualmente en la órbita del Washington Post y donde puede leerse el razonamiento de importantes Think Tanks de la capital norteamericana.
El artículo en cuestión está escrito por Edward Lucas, escritor británico y experto en temas de seguridad.
Explica que el espionaje tradicional se basaba en el engaño. Una identidad falsa que era segura hace 20 años, ahora se desmonts en minutos gracias a los sistemas de reconocimiento facial y las redes sociales.
El teléfono móvil se convierte en el mejor señuelo de rastreo posible, pues incluso con un mensaje de texto puede activarse el micrófono para que grabe todo el tiempo aunque el usuario crea que el teléfono está apagado.
Lucas desarrolla además otros temas de Seguridad y sensibilidad política.
Parece que la tecnología de redes ha acabado con el romanticismo del espionaje.
Tu sigue pensando que esto no te afecta.